Los malos tratos son un producto cultural derivado de factores sociales organizacionales. La violencia y el maltrato en la familia son fenómenos “normales” desde un punto de vista estadístico, y a cuya definición como una formación cultural apoyada en valores, contribuyen mitos, creencias y estereotipos firmemente arraigados en la sociedad, y los predictores más importantes de estas creencias y actitudes son el género y las actitudes de rol de género.
Así, se considera que cierto tipo de agresiones son, por llamarlas de algún modo, “naturales”, porque son aceptadas socialmente como manifestación del ser hombre y el ser mujer, ya que la mayor parte de la violencia que se ejerce contra la mujer ha sido y es invisible e incluso está normalizada y naturalizada por la propia cultura.
Ante esto, la escuela vista como un espacio de reproducción cultural (necesaria para preservar la cultura), y en cierto sentido tendiente a ser conservadora, no es ajena a este tipo de desigualdades. Más bien, se busca incentivar a que los cambios salgan de la escuela para poder ser trasladados al entorno más próximo de los alumnos, y así contribuir a la construcción de una sociedad más justa e igualitaria. Uno de los pasos importantes es la reflexión y el conocimiento acerca de los tipos de violencia hacia la mujer, las leyes que surgieron ante esta situación, el daño emocional y psicológico que genera, y los datos estadísticos que cambian conforme avanza el tiempo.
Es por ello, que los espacios de Psicología, Sociología, Construcción de la Ciudadanía y Matemáticas, proponen este proyecto interdisciplinario para dar un paso más hacia la transformación de la sociedad partiendo del conocimiento y reflexión en la escuela.
Digámosle NO a la violencia contra la mujer.
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